Son muchas las personas que se enfrentan a la pérdida de pelo en su vida, y aunque estamos más acostumbrados a ver a hombres lidiar con este problema lo cierto es que es una situación que afecta por igual a hombres y a mujeres. Normalmente se asocia la alopecia con la genética, dando por sentado que es algo inevitable y que tarde o temprano acabará afectando a alguien en cuya familia exista ese patrón. No obstante, en muchas ocasiones la caída del cabello no viene dada por elementos genéticos sino por factores externos que condicionan, en mayor o menor medida, nuestro estado anímico y, en consecuencia, nuestra salud capilar.

La pérdida de cabello es algo que afecta a la autoestima de cada vez más personas, por lo que resulta de vital importancia localizar el origen de esta para poder subsanarla. En este artículo te explico cuáles son las principales causas de la caída de pelo, puesto que estas suelen estar muy con relación a nuestra situación personal.

Alopecia por estrés

En más de una ocasión habrás escuchado hablar de la caída de pelo por estrés. Lo cierto es que hay muchas teorías al respecto y puede parecer polémico, pero nuestro estado emocional afecta en gran medida a nuestra salud física, y si estamos pasando por una situación de mucho estrés o ansiedad esto se verá reflejado más temprano que tarde en nuestro aspecto físico, sobre todo en el cabello. No obstante, este tipo de alopecia puede venir dada también por factores externos más habituales como son el nerviosismo o los malos hábitos alimenticios, aspectos que no solo alterarán la salud de nuestro pelo sino también la de nuestro organismo.

La presencia de cierto nivel de estrés en nuestro día a día es necesaria, puesto que contribuye a que nuestro cuerpo reaccione mejor en determinadas circunstancias. Este tipo de estrés, el que está presente en nuestro día a día en pequeñas dosis, se llama estrés positivo porque en lugar de perjudicarnos nos beneficia. Sin embargo, si nos encontramos en una situación de estrés más acentuado o prolongado nuestro cuerpo comenzará a sufrir las consecuencias, y las más de las veces esas consecuencias implican deteriorar nuestro cuero cabelludo.

Muchas veces, la alopecia por estrés no se refleja en la caída del pelo directa, sino en la pérdida de calidad en el cabello. Se reseca y se vuelve quebradizo, con lo que tiende a desprenderse con mayor facilidad al cepillarnos el pelo o al lavárnoslo. Estas circunstancias también pueden darse en algunos trastornos psicológicos como son los trastornos alimenticios, ya que, ante la falta de nutrientes, nuestro cuerpo prioriza el bienestar de unos órganos ante otros y desatiende la salud de los que considera menos importantes, como es, en este caso, el pelo.

¿Cómo afecta el estrés a la caída de pelo?

Cuando el organismo se ve sometido a un período prolongado de estrés comienza a liberar una hormona esteroidea, el cortisol. Se trata de una hormona que genera la glándula suprarrenal y se genera en función tanto del estrés como de los niveles bajos de glucocorticoides, motivo por el cual uno de sus efectos adversos es la subida del azúcar en sangre, lo que puede poner en riesgo nuestra salud. Nuestro cuerpo precisa de esta hormona en cierta cantidad, pero cuando nos enfrentamos a una situación de estrés que trastoca la rutina el cortisol se genera en mayores cantidades y los cambios fisiológicos que produce son notables.

Esta subida inusitada del cortisol tiene efectos adversos para nuestro cabello. A largo plazo, la hormona comenzará a provocar una caída evidente del cabello, pero sus primeros efectos se verán reflejados en una pérdida de calidad del cabello, resecándolo, haciéndolo quebradizo o engrasándolo, dependiendo de la estructura capilar de cada persona. Otra de las formas en las que podemos apreciar que nuestro pelo se está viendo afectado por la ansiedad son las canas, una decoloración muy habitual del cabello y que está muy vinculada con el estrés. Aun con todo, el motivo por el cual el estrés blanquea todo el cuero cabelludo no se debe a que todo el pelo pierda color, sino a que el cabello con pigmento se acaba cayendo.

Alopecia nerviosa

La alopecia nerviosa tiene lugar cuando el cuerpo no reacciona bien a las situaciones de estrés, o cuando estas se prolongan en exceso. Se trata de un tipo de alopecia que no afecta a todo el mundo, pues cada cuerpo es un mundo y reacciona de manera diferente a las situaciones. Sin embargo, la alopecia nerviosa es reversible, por lo que no ha de ser excesivamente preocupante para aquel que la padece. De hecho, se trata de una de las principales causas de caída de pelo en mujeres, y el origen es encuentra en un factor más psicológico que físico.

Se trata de una alopecia difusa y brusca, no paulatina y progresiva como la alopecia por estrés o genética. El pelo comienza a caer de un día para otro y en cuestión de días puede desaparecer por completo, pero como ya he dicho tiene solución. Lo más recomendable en estos casos es recurrir a un psicoterapeuta para conseguir encontrar el origen del problema, puesto que este tipo de caída de pelo cesa una vez se localiza y se supera la situación que la provocaba.

Cómo saber si la caída de pelo es androgénica o por estrés

Si la calvicie es un patrón que ha afectado a miembros de una misma familia es muy probable que sea hereditaria, de ahí que sean muchos los que se plantean si su pérdida de cabello se debe a la herencia genética o a una situación reversible. Aun con todo, si comenzamos a notar que el pelo merma en densidad y empiezan a aparecer zonas alopécicas, lo recomendable es comenzar un tratamiento para la caída del pelo lo antes posible, ya que, independientemente de su causa, esto ayudará a frenar la pérdida de cabello hasta encontrar el origen del problema.

El estrés, por otro lado, puede resultar más fácil de detectar porque presenta síntomas que van más allá de la salud capilar, por lo que es aconsejable examinar nuestro comportamiento o el estado anímico en el que nos encontramos en busca de estos factores y, así, poder determinar si nuestra caída de pelo podría deberse a una situación de ansiedad. Los síntomas más comunes cuando se padece estrés agudo son los siguientes:

  • Irritabilidad, cansancio y fatiga
  • Problemas digestivos tales como diarrea, acidez o estreñimiento
  • Insomnio
  • Sudoración excesiva y aumento de la frecuencia cardíaca
  • Piel reseca y episodios de dermatitis o molestias cutáneas
  • El pelo pierde vitalidad y volumen

Si te sientes identificado con alguno de estos síntomas, es probable que estés pasando por un episodio de estrés acentuado y que ese sea el origen de tu pérdida de cabello. Sea como fuere, siempre es recomendable acudir a un profesional para saber si la alopecia que padeces puede tratarse con facilidad o es necesario recurrir a otros métodos como el injerto capilar.