Cuestiones relacionadas con la cirugía capilar

Es muy importante que el paciente se encuentre en buen estado, tanto física como mentalmente. Si el paciente ha tenido o tiene alguna enfermedad crónica o grave, es recomendable solicitar la autorización para la cirugía por parte del médico especialista que haya tratado dicha enfermedad. Asimismo, es esencial que el paciente suministre toda la información posible sobre su estado y su historial clínico.

El tabaco es una de las adicciones más habituales, pero es también una de las peores de cara a la salud. El efecto del tabaco en el tejido cutáneo supone una clara reducción del aporte de oxígeno, por lo quela cicatrización será diferente y la recuperación será más lenta. Del mismo modo, existe un mayor riesgo de complicaciones en los procedimientos realizados a los pacientes adictos al tabaco. Si bien el tabaco no es en sí mismo una contraindicación para la cirugía, si estás pensando en someterte a una intervención de este tipo lo ideal sería dejar de fumar al menos dos semanas antes de la intervención.

Lo ideal antes de someterse a la intervención sería seguir las siguientes indicaciones:

  • Es recomendable dejar de tomar, dos semanas antes de la intervención, medicamentos como aspirinas, omega 3, vitaminas, Minoxidil, preparaciones herbales de ajo, Ginkgo Biloba, y, en general, cualquier tipo de medicamento que no haya sido recetado por su médico. También debe evitarse el consumo de analgésicos tres días antes del trasplante.
  • Si el paciente es diabético, sufre de tensión arterial alta, o presenta algún otro problema médico importante, deberá estar bien controlado antes del procedimiento. Si sufre de problemas psiquiátricos es aconsejable hablar con el médico de cabecera para que autorice el procedimiento.
  • Si el paciente es fumador, es mejor que, en la medida de lo posible, deje de fumar unas dos semanas antes de la intervención.

No es necesario tomar ningún medicamente para el pelo trasplantado, aunque puede ser una buena alternativa para evitar la caída del pelo original.

Lo ideal es esperar una media de 6 semanas después de la cirugía.

Se puede extraer un máximo del 50% de los folículos del área donante, aunque en una sola sesión se emplea solo un 20% de los folículos.

En función del grado de calvicie podrá realizarse una única sesión o varias. Cuanto más alto sea el nivel de alopecia, mayor número de unidades foliculares serán necesarias para corregir el problema, y, por lo tanto, menor será la posibilidad de que en una sola sesión pueda cubrirse por completo la zona receptora.

No. El cuerpo solo puede aceptar los folículos de la misma persona. El procedimiento funciona igual que cualquier trasplante de órgano, pero el propio pelo no recibe rechazo inmunológico.

No se considerará un candidato válido aquel que tenga un área donante con alguna de estas características:

  • Área donante muy pequeña.
  • Densidad capilar muy baja.
  • Pelos muy delgados y frágiles.
  • Enfermedades activas no controladas en el cuerpo cabelludo.
  • Alopecia areata.
  • Tendencia a la cicatrización queloide (es decir, una cicatriz muy gruesa y dolorosa).
  • Tener una infección activa en el área donante o receptora.
  • Hipertensión, diabetes o enfermedades psiquiátricas no controladas.

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Preguntas y respuestas más comunes sobre el injerto capilar

Es muy importante que el paciente informe de los antecedentes y de los análisis médicos significativos y/o recientes, especialmente si padece algún tipo de afección sanguínea como puede ser la hepatitis C o el VIH. La prioridad de nuestro equipo médico siempre consiste en garantizar la salud del paciente, por lo que disponer de toda la información posible sobre su estado médico y capilar es imprescindible. Haremos un análisis de sangre antes de proceder a la intervención para comprobar los siguientes aspectos: emocromo completo (CBC), glucosa, sodio, potasio, creatinina, ALT AST, el tiempo de sangrado (PTT, TTPA, INR), pruebas de hepatitis y el SIDA (HBs Ag, anti-HBs Ag, BHC y VIH). Estas pruebas se llevan a cabo por el personal médico del propio hospital, y el paciente siempre está obligado a comunicar al cirujano, antes de salir de su país y a través del personal encargado de las comunicaciones clínicas, de si tiene enfermedades o algún tipo de alergia relacionada con el uso habitual de ciertos medicamentos. Todos los medicamentos que podrían inducir el sangrado, como es la aspirina o el Coumadin, se deben notificar al médico y deberán retirarse si el médico lo ordena. Hay que tener presente, también, que si el paciente diera positivo en alguna enfermedad de las arriba citadas no podrá procederse a la intervención, en base al evidente riesgo que conllevaría tanto para el paciente como para el equipo médico. Si no estás seguro de si padeces alguna de estas enfermedades, recomendamos realizar un análisis previo en tu país de origen.

La garantía incluye el compromiso con el éxito del trasplante, así como de la calidad y de la naturalidad del mismo. De no obtener estos resultados, el paciente podrá ser intervenido de nuevo sin costes, exceptuando los del viaje de ida y vuelta a Turquía.

Pedimos un anticipo con el único fin de asegurarnos de que tu decisión es firme y que ha sido reflexionada con madurez. Si finalmente la operación no puede realizarse por causas mayores (accidente, hospitalización, fallecimiento de una persona cercana) se te reembolsará el anticipo. Con el objetivo de poder reorganizar las sesiones de cirugía en caso de cancelación, te pedimos que nos avises con un mínimo de tres semanas de antelación para que podamos reembolsarte el anticipo. El pago del saldo restante de la operación se realiza el día mismo de la cirugía. Una factura detallada se te entregará después de la intervención.

El autotrasplante es una cuestión de estética, así que los motivos siempre son personales. El pelo es uno de los elementos más importantes del físico de una persona, pero también hemos de tener presente los factores psicológicos: en ocasiones, la pérdida de cabello puede derivar a problemas de autoestima o a algo más grave. Recuperar el pelo significa recuperar la confianza y aumentar la autoestima, por lo que no hay un período preciso para determinar cuándo hacer el trasplante: es decisión del paciente.

Por lo general el paciente no siente dolor alguno durante el procedimiento, y tampoco una vez finalizada la intervención, ya que se anestesia la zona en la que se va a realizar el injerto. Rara vez se presentan ligeras molestias que desaparecen con el uso de analgésicos comunes, pero a grandes rasgos se trata de una práctica indolora.

La duración depende del número de grafts que se deban trasplantar, pero suele durar una media de entre 6 y 8 horas. Durante dicho período de tiempo, el paciente podrá ver la televisión, leer o escuchar música, ya que solo se anestesia el cuero cabelludo.

El instrumental quirúrgico más frecuente en estas intervenciones es el siguiente:

  • Trillix. Se trata de un trépano pequeño con una punta de diámetro 0.6-08mm. Se utiliza para acelerar el tiempo de extracción, permitiendo la extracción del bulbo con una parte pequeña del cuero cabelludo.
  • Bisturí circular. Es un punzón que se utiliza para señalar en la piel la unidad folicular, ya que la rodea con un círculo para establecer la distancia de 2mm entre una unidad y otra.

Las unidades foliculares se trasplantan en el cuero cabelludo a través de microincisiones en la piel, donde más tarde se injertan los folículos.

Depende de la situación y de las condiciones de cada paciente. El 70% de los pacientes solo necesita viajar una vez a Estambul, puesto que el cirujano y su personal médico hacen todo lo posible para asegurarse de que el paciente no necesita hacer un segundo viaje. Después del trasplante se podrán realizar consultas médicas a distancia totalmente gratuitas, a través del envío de imágenes al cirujano para que compruebe el progreso.

A lo largo de las dos o tres primeras semanas se notarán las pequeñas costras en el área que haya sido trasplantada, así como un enrojecimiento de la zona donante. Después de esas tres semanas no habrá ninguna huella del trasplante, exceptuando el crecimiento natural del pelo nuevo.

Siempre que la dirección del crecimiento del pelo sea la correcta, algo que cuidamos al detalle porque es uno de los factores más importantes del éxito de esta operación.

El trasplante de pelo se puede realizar a cualquier edad, siempre que el paciente no sea menor, y siempre que haya una zona donante buena. En nuestra clínica recibimos tanto a pacientes jóvenes como a pacientes de una edad más avanzada que desean dejar atrás la alopecia aprovechando las innovaciones tecnológicas.

No es necesario tener ningún tipo de cuidados específicos más allá de los básicos. A partir del primer día del procedimiento, el paciente no debe lavarse la cabeza en tres días. De ese mismo modo, también tendrá que evitar la exposición directa al sol de la zona trasplantada durante los dos meses siguientes al trasplante. Después de la intervención, el pelo implantado entra en fase de descanso y cae aproximadamente a los quince días del trasplante, empujado por el nuevo pelo en crecimiento. Se recomienda no utilizar un champú agresivo.

La intervención es rápida e indolora, y no tiene efectos secundarios, por lo que el paciente podrá salir de la clínica nada más acabar la cirugía.

Mediante el trasplante se pueden tratar múltiples tipos de alopecia.

  • Alopecias androgénicas masculinas (el 90% de los casos).
  • Alopecias cicatriciales provocadas por diferentes causas.
  • Alopecias androgénicas femeninas.
  • Corrección estética de otras intervenciones cutáneas.
  • Alopecias derivadas a enfermedades relacionadas con el cuero cabelludo.

No obstante, es preciso tener en cuenta que los pacientes con alopecias incipientes en las que no se ha intentado un tratamiento médico de prevención, o aquellos con zonas donantes pobres o escasas en comparación con las zonas que se han de cubrir, no se considerará candidatos para un trasplante capilar. En este sentido, la intervención nunca se propondrá a un paciente si no se tiene la seguridad de que el resultado final será satisfactorio.

Para realizar un micro trasplante se han de tener en cuenta los siguientes factores:

  • Sexo del paciente.
  • Tipo de alopecia (se precisará una historia clínica detallada que permita un diagnóstico etiológico).
  • Edad del paciente e historia evolutiva de su calvicie.
  • Grado de alopecia (intensidad y extensión).
  • Extensión, densidad y elasticidad de la zona donante.
  • Características del pelo (densidad, diámetro, color, textura, rizo, etc.).
  • Extensión de la zona receptora.
  • Los tratamientos médicos y procedimientos quirúrgicos previos (tratamientos vía oral, láser, pelucas, cosméticos, aplicaciones tópicas, pelo artificial, otras cirugías, etc.).
  • Enfermedades propias del cuero cabelludo (eccema seborreico, alopecia areata, etc.).
  • Trastornos de la cicatrización (queloides, cicatrices hipertróficas, etc.).
  • Enfermedades sistemáticas (diabetes, hemopatías, cardiopatías).
  • Estudios prequirúrgicos de todas las intervenciones (análisis, RX Tórax, ECG).
  • Perfil psicológico y motivación del paciente, así como sus expectativas.

El cabello de las zonas posterior y lateral del cuero cabelludo no se ve afectado por los efectos de la calvicie de causa genética. Esto quiere decir que están programados para seguir creciendo toda la vida, ya que no se debilitan de la misma forma que los folículos de las zonas que sí pierden pelo. Para que la alopecia androgénica actúe y promueva la pérdida de pelo se han de dar dos factores:

  • La presencia de andrógeno.
  • Una herencia genética, tanto por parte de madre como de padre, que provoca que los folículos de determinadas áreas sean más sensibles a esa hormona.

Cuando se cumplen estas dos condiciones es cuando se produce la calvicie, pero, como ves, se trata de una alteración que solo afecta a determinadas áreas, por lo que el pelo de las zonas posterior y lateral no se ve debilitado.

El pelo que se trasplanta mantiene sus características por mucho que se injerte en otra zona. El hecho de que mantenga sus rasgos se llama “dominancia del donante”, y a lo que se refiere es a que el pelo no afectado por el andrógeno mantendrá su inmunidad ante esta hormona cuando se trasplante a una zona que previamente había sido afectada. La zona donante se caracteriza por estar genéticamente predispuesta al crecimiento, por lo que esas características se transmiten a la zona alopécica, por lo que el implante es definitivo.

Los folículos necesitan que haya tejido a su alrededor para poder crear raíces más fuertes. Al fin y al cabo, necesitan prenderse a algo familiar para comenzar a desarrollarse en un nuevo entorno como si fuera el propio. Para ello, lo que se extrae y se implanta durante un trasplante de pelo son unidades foliculares, conjuntos de folículos que nacen juntos. Estas unidades suelen tener entre uno y seis folículos, por lo que no se tiende a injertar folículos aislados. Al trasplantar unidades foliculares completas se logra una mayor densidad y una aceleración del proceso. Además, se consiguen unos resultados mucho más naturales, debido principalmente a los avances tecnológicos.

Uno de los aspectos más importantes que debe cuidarse es la dirección del folículo que va a ser trasplantado, que ha de seguir la dirección adecuada según la zona. La angulación será más abierta conforme nos alejemos de la primera línea de pelo. También es preciso tener en cuenta la cantidad de unidades foliculares que podamos obtener, puesto que, dependiendo de la zona que tengamos que trasplantar, podremos conseguir más o menos densidad. De cara a las expectativas del paciente, es recomendable prever en cierta medida los resultados del trasplante de aquí a una o dos décadas, puesto que el pelo natural pierde densidad y eso afectará también al pelo injertado.

En función del nivel de calvicie que presente el paciente en el área frontal, media y coronilla, se valorará realizar más de una sesión para conseguir cubrir toda la zona receptora. El número de folículos injertados en cada sesión podrá ser muy variable, y dependerá de la zona alopécica a cubrir, de la cantidad de pelo de que pueda extraerse de la zona donante, de las características propias del pelo del paciente y de las expectativas de cada uno.

Los primeros dos días después del trasplante es recomendable realizar una vida tranquila, sin esfuerzos, aunque no es preciso hacer reposo absoluto. En unas 24 horas se forma una pequeña costra en la superficie de cada injerto, costa que cae a los 7 o 10 días. La mayoría de los folículos que se observan emergiendo de los injertos caerán durante el primer mes. La raíz, por su parte, quedará en fase de reposo durante una media de tres meses, y los que no hayan caído continuarán creciendo. Los pelos trasplantados suelen comenzar a crecer unos tres meses después del trasplante, y después crecerán de forma natural durante toda la vida. A medida que la mujer y el hombre van envejeciendo, podrá haber una ligera pérdida de densidad del cabello en la cabeza, cosa que podría afectar también a los pelos trasplantados.

Por supuesto, siempre y cuando haya espacio suficiente entre pelo y pelo para poder colocar una nueva unidad folicular: 1mm, aproximadamente. El inconveniente es que, debido al traumatismo quirúrgico inherente a la zona trasplantada, una parte del pelo autóctono entrará en fase de reposo o telógena y caerá durante los dos meses siguientes al trasplante, como ocurre con los injertados. A partir de los dos o tres meses comenzará a crecer tanto el pelo trasplantado como el pelo que haya caído durante esa fase.

El objetivo de un trasplante de pelo pasa por diversas etapas. Claramente, el objetivo final de cara al paciente es conseguir recuperar el pelo y eliminar las zonas alopécicas, pero por parte del cirujano los objetivos son varios. Una de las prioridades del cirujano es conseguir crear una línea de pelo natural, puesto que es la parte más difícil del procedimiento. La línea capilar no es realmente una línea, sino que se trata de una suave progresión que va desde la piel desnuda del rostro hasta el nacimiento del pelo, por lo que lo más importante para conseguir un resultado óptimo es crear una línea de pelo imperceptible. Por otro lado, el segundo objetivo del cirujano es conseguir la mayor densidad posible en las zonas en las que se está realizando el injerto. Para ello se injertan las unidades foliculares de un modo relativamente estratégico, colocando las que más folículos conllevan en las zonas centrales y aportando así una sensación mayor de abundancia en el cabello.

De media, una persona sin alopecia tiene más de 100.000 pelos.

En un solo día se muda una media de 100 pelos. El cabello tiene un ciclo de crecimiento continuo de aproximadamente 6 años, después comienza una fase de descanso, y a las pocas semanas se inicia un nuevo ciclo. Debido a la hormona masculina dehidrotestosterona (DHT) en las zonas sensibles, cada vez que un pelo cae, nace otro, pero ligeramente más débil.

La causa más habitual de la pérdida capilar en hombres es la alopecia androgénica (AGA), también conocida como alopecia de patrón masculino o calvicie común. Está relacionada con el efecto de la testosterona en los folículos genéticamente susceptibles, por norma general los de implantación anterior y superior, y causa la caída progresiva del pelo en ciertas áreas. Este proceso se denomina “miniaturización”.

La causa más habitual en el caso de las mujeres se denomina “Efluvio Telógeno Crónico”, el cual, a diferencia de los hombres, se presenta en zonas más localizadas. En el caso de las mujeres se presenta un patrón de pérdida difusa del pelo a largo plazo. Hay situaciones en la vida de la mujer en la que pueden producirse alteraciones hormonales que provocan la pérdida de cabello, como puede ser el embarazo, el postparto, la premenopausia y la menopausia, entre otros.

De media, el pelo humano crece 1/3mm por día, y de 10 a 15 centímetros por año. El cabello puede crecer a lo largo de toda la vida.

Afeitarse no aumenta el grosor del pelo ni la calidad del mismo. Cuando se rasura el pelo parece que tenga más grosor, pero esto se debe a que las raíces son la parte más gruesa del cabello, por lo que, en conjunto, dan un aspecto de aumento de densidad. No obstante, cuando el cabello termina de crecer, queda exactamente igual que antes.

No. Ambos, tanto el pelo canoso como el pigmentado, pueden ser trasplantados, y ambos crecen de manera natural.

Los andrógenos juegan un papel muy importante en el crecimiento del pelo, tanto en hombres como en mujeres. La testosterona se produce principalmente en los testículos, ovarios y en las glándulas suprarrenales. La pérdida de pelo ocurre cuando la testosterona se transforma en otro compuesto, dehidrotestosterona (DHT). A nivel del cuero cabelludo, este derivado se une a los folículos pilosos genéticamente sensibles (normalmente el área anterior y superior de la cabeza), reduciendo notablemente las fases de desarrollo del cabello. La estructura del folículo recibe menos circulación sanguínea y los pelos nuevos son más débiles y quebradizos de lo normal. También se incrementa la etapa de reposo que, extendida en el tiempo, genera poco crecimiento, la progresiva pérdida de pelo y, finalmente, la alopecia. Los niveles de la hormona tiroidea también pueden afectar al crecimiento del pelo.

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